Geología de las rocas granitoides de una región al sur de Valera, área norte, estado Trujillo

Abstract

El Granito de Valera-La Puerta (RAMÍREZ et al., 1972; BURKLEY, 1976) aflora en un área de aproximadamente 100 km2 al sur de la ciudad de Valera, Estado Trujillo. El objetivo de este estudio es la caracterización geológica y geoquímica de las rocas granitoides expuestas en un área de unos 25 km2, ubicada al sur de la ciudad de Valera, entre las coordenadas geográficas (UTM) N: 1.018.000 -1.026.000 y E: 317.000 -326.000, así como un esbozo de su posible historia tectono-magmática. Se llevaron a cabo análisis geoquímicos en roca total, para elementos mayoritarios y traza. En cuanto a su carácter geoquímico, las rocas son principalmente peralumínicas, altas en K y de afinidad calcoalcalina. De las relaciones entre los elementos litófilos y su comportamiento se infiere una contribución de corteza continental y quizá de manto sub-cortical; en este caso, la contribución podría ser de flujo de calor, más que de aporte de material. De acuerdo con la clasificación modal de la IUGS (LE BAS & STRECKEISEN, 1991) las rocas estudiadas son principalmente granitos in sensu stricto, con algunas granodioritas y tonalitas y cantidades menores de sienitas, diorita y monzodiorita. Con base en la clasificación modal y la textura, se definen dos unidades informales: la Unidad de Metagranitoides y la Unidad de Gneises Graníticos. Se encuentran algunas venas pegmatíticas de poca importancia. Las rocas de ambas unidades exhiben grados variables de deformación y muestran caracteres tanto de tipo frágil como de tipo dúctil. Mineralógicamente, ambas unidades son similares, con abundancia de micas (reflejo de su carácter peralumínico) y minerales de alteración. Los granitoides son en general blastoporfídicos, excepto por las metagranodioritas oscuras aflorantes al NW del área estudiada, que son más bien equigranulares. En el campo, se nota orientación de las micas. Los gneises graníticos muestran orientación con desarrollo de textura lepidoblástica, sombras de presión y desarrollo incipiente de bandas de cuarzo. Las texturas consideradas como primarias o debidas a procesos magmáticos son: porfídica-poiquilítica, granítica (equigranular) y zonada. Las texturas y estructuras que atestiguan procesos magmáticos tardíos y post-magmáticos son: intercrecimientos mirmekítico y pertítico, maclado secundario, alteración, transformación polimórfica. Las evidencias de deformación y cataclasis son variadas y frecuentes e incluyen: extinción ondulatoria, plegamiento de granos, trituración de granos, fracturas y flujo cataclástico. Las evidencias de recristalización se encuentran como mosaicos poligonales, bordes aserrados de granos, reducción de tamaños de grano y pérdida de extinción ondulatoria. El intercrecimiento mirmekítico se encuentra en los metagranitoides así como en los gneises graníticos, pero no se sabe si es un proceso magmático tardío o está relacionado con la deformación, o es una combinación de ambos. En cuanto a su discriminación tectónica, las rocas muestran características de ambientes colisionales (incluyendo a los tardíos y post-colisionales) y de zona de subducción. El análisis en conjunto de estos discriminantes con las características químicas, petrográficas y mineralógicas, así como las relaciones de campo sugiere que las rocas pudieron formarse durante un evento colisional relacionado durante un lapso entre el Neoproterozoico Tardío y Paleozoico Temprano (Cámbrico), probablemente en dos pulsos.