Del deber de ser feliz, o la línea divisoria entre las éticas de Kant y Aristóteles

Autores/as

  • Francisco Bravo Universidad Central de Venezuela (UCV)

Resumen

Sostengo en este artículo: 1) que Kant habla, en la Grundlegung (Ak., IV, 399) no sólo del deber indirecto, sino también del deber directo de ser feliz, pues, según él, la ley de la felicidad prescribe que cada quien procure su felicidad, no por inclinación sino por deber; 2) que en la ética kantiana no puede darse el deber de ser feliz. Se opone a ello: a) la concepción que Kant tiene del deber — éste es por definición una exigencia de la razón pura— ; b) su concepción irracionalista y en último término hedonista de la felicidad — esta es la «suma total» de todas las inclinaciones. Lo que es objeto de inclinación, esencialmente irracional, no puede ser a la vez contenido de un deber, esencialmente racional. Otra cosa es que la buena voluntad, que sólo obra por deber, sea la indispensable condición que nos hace dignos de ser felices. No es, empero, una condición suficiente, y por eso tampoco ella fundamenta el deber de ser feliz. En fin, el deber de ser feliz tampoco es parte del deber de promover el Bien Supremo. 3) En contraste con la ética kantiana, la aristotélica, que nunca habla explícitamente del deber de ser feliz, hace de éste su eje fundamental. Y puede y debe hacerlo, pues para ella la realización de la felicidad es la realización del ergon del hombre, es decir, de la tarea que le ha sido impuesta por naturaleza. Para Aristóteles, eudaimonía, que es la realización del ergon del hombre, es para éste, como diría Kant, un fin que es al mismo tiempo un deber.

Abstract

I argue in this paper the following: I) Kant does mantain the indirect and even the direct duty of being happy, since there is, according to him, the law of happiness prescribing each one to get happiness by duty, not by inclination. 2) In kantian ethics there is not room for the duty of being happy. There is, in opposition to this: a) the Kantian concept of duty-duty is by definition a pure reasons’s requirement; b) the Kantian irrationalistic and finaly hedonistic concept of happiness — this is the «lump sum» of all inclinations. What is the aim of an inclination, which is essentially irrational, could not be at the same time the content o f a duty, which is essentialy rational. Even if good will, which only by duty, is the essential condition making us worthy of being happy, it is not a suffitient condition for it, and because of this it does not lay the foundations of the duty of being happy. Finally, this duty is not part of promoting the highest good. 3) In contrat to kantian ethics, the aristotelian one, which never talks explicity of the duty of being happy, makes of it its central idea, since the achievement of happiness is, according to it, the achievement of the ergon of human subject, that is to say, the achievement o f the task imposed to him by nature. Eudaim onia is for man, accoding to Aristotle, as Kant would say, an end which is at the same time a duty.

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Biografía del autor/a

Francisco Bravo, Universidad Central de Venezuela (UCV)

Escuela de Filosofía, Universidad Central de Venezuela.

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