aunque para hacer referencia a ellos se emplea ineludiblemente el lenguaje (Rosales,
2017).
Las emociones son alteraciones del ánimo intensas pero pasajeras, agradables o no
que cursan acompañadas de un correlato neurovegetativo consistentes con el mismo
(Gaytan y Pásaro, 2012). Así, las emociones expresan reacciones positivas o negativas de
estímulos internos o externos, afectando a la motivación, el aprendizaje, el
comportamiento y la comunicación con las personas (Eibl-Eibesfeldt, 1993). Puede haber
respuesta defensiva al entorno (Hauser, 1996). De este modo, las emociones tienen una
incidencia e interpretación social. La génesis e interpretación de las expresiones faciales
es una cuestión clave (Jordana, 1997). De esta manera, se legitimaría el uso de micro
expresiones faciales, por ejemplo, para detectar las mentiras con cierto grado de
fiabilidad ya que, al ser un fenómeno innato, resultará difícilmente controlable por el
individuo, especialmente en situaciones estresantes para el mismo (Freitas-Magallanes,
2009). No ocurre lo mismo con “los gestos simbólicos corporales” (Gaytan y Pásaro,
2012), como saludos y otros, varía según la cultura.
Las emociones predisponen la observación y actuación de diferentes maneras.
Matizan la forma de percibir el mundo de los agentes sociales (personas, vendedores).
Para Maturana (2003) los seres humanos viven un tipo especial de emocionalidad tiene
que ver con su modo vivir. En este aspecto, se revisan varias anomalías presentes en la
vida económica cotidiana, las cuales comparten ciertas características; pues existe algún
punto en lo cognitivo, que contradice cada disposición real del hombre, por el hecho de
habitar en un mundo de constantes cambios y caos, y por ello muchas veces toma
decisiones que incluso resultan contrarias, a las atribuidas antiguamente al Homo
Economicus (Kahneman, Lovallo, y Sibony, 2019). Además de la inclusión e importancia
de las necesidades humanas que satisfacen al hombre, presentadas en la pirámide de
Maslow (1943),
donde se contemplan desde su base, hasta el vértice respectivamente, las siguientes:
fisiológicas (respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis), seguridad (físicas,
empleo, recursos, moral, familia, salud), afiliación (amistad, afecto, intimidad),
reconocimiento (confianza, respeto, éxito), y autorrealización (moralidad, creatividad,
espontaneidad, aceptación, resolución de problemas) (Boeree, 2006, p. 4).
DESARROLLO DE COMPETENCIAS COGNITIVAS SEGÚN LA PERCEPCIÓN Y
EL ENTORNO.
Se puede considerar una competencia cognitiva, como aquel factor que distingue a
una persona (en este caso un vendedor), para desarrollar su trabajo de una mejor
manera. Para comprenderlo, se recurre a la teoría de la toma de decisiones propuesta
por Kahneman y Tversky, la cual basa sus postulados en que los seres humanos poseen