con otros sujetos sociales quienes requieren respeto a su individualidad, además de
sus condiciones más acordes con las diferencias.
En este sentido, el gerente debe tener cualidades ontológicas, siendo el ser el
fundamento de toda realidad. Esto implica que, un ser humano posee características
inteligibles en cuanto ser para conocer, para relacionar conceptos de forma lógica,
establecer conexiones, sinexiones y explicaciones coadyuvantes de una mejor
comprensión del entorno, considerando las circunstancias personales y su condición
humana. El gerente –como ser humano– debe presentarse no como un ser en el
mundo o ser-en-sí aislado de su propia consciencia, temporalidad, devenir y razón de
ser, sino como un ser-para-sí libre de toda determinación y arrojado al mundo sin
ninguna limitación para promover cambios. Para ello necesita considerar su
existencia desde un punto de vista crítico y su accionar debe tener las cualidades de
producto social.
Ante tantos escenarios que vive el país, el gerente enfrenta además el desafío de
desarrollar sus capacidades para adquirir, aplicar, difundir y generar conocimiento.
Esto significa que no solo debe especializarse, sino también construir un aprendizaje
integral y sólido para comprender lo real, desarrollando y potenciando sus
habilidades para analizar, traducir, racionalizar y aplicar sus conocimientos para
producir el cambio que la sociedad necesita: una nación más competitiva. Por lo tanto,
una mejor gerencia implica tomar nuevos datos e información como entrada y generar
nuevos conocimientos en un sentido más amplio. Esto puede implicar cambiar reglas,
metas, estándares y principios que definen la praxis gerencial.
En segundo lugar, siendo los valores patrones que permiten elegir aquellos
aspectos de lo real que son o parecen más óptimos, para ayudar a mejorar las actitudes
y dar sentido a la existencia, resulta necesario que los gerentes deban asumir de la
forma más reflexiva posible los fundamentos axiológicos de la gerencia, como una
tarea necesaria e ineludible en la actualidad. Esto implica establecer una sinexión
entre los valores que aspira el individuo para sí mismo tales como: la responsabilidad,
el éxito o el reconocimiento y los valores que constituyen aspiraciones o propósitos
clave para la orientación de la conducta y el comportamiento de las personas
constituidas en sociedad tales como: el compromiso, el respeto, la humildad o la
gratitud.
Si bien la dinámica empresarial a escala global, permite reconocer al gerente como
un productor de bienes tangibles e intangibles con rendimientos variables, en todo
caso debe prevalecer la doctrina y la carga axiológica –estables, trascendentes e
imprescindibles– para lograr el éxito en cualquier área de actividad o sector de
negocio. Siendo que, el gerente jamás debe quedarse satisfecho con el estado de las
cosas y el conocimiento que tiene de ellas, el propósito final de la presente