autorizaron aquellas pertenecientes a la Unión Monetaria Latina, es decir, de Francia,
Suiza, Bélgica e Italia; el resto de las monedas extranjeras solo circularían como
mercancía y por lo tanto su valor estaría sujeto a la relación de oferta y demanda
(Estados Unidos de Venezuela, Ministerio de Relaciones Interiores, Ob. Cit., t. XIV,
pp. 512, 513). Con esta ley se mantuvo el sistema bimetalista, pero las monedas de
plata de 835 milésimas de ley poseían un poder liberatorio limitado, a lo sumo de 50
bolívares.
En este momento se trató de alinear nuestro sistema monetario bimetalista con el
de la Unión Monetaria Latina. Sin embargo, desde inicios de la década de 1870, las
economías occidentales habían comenzado a adoptar el patrón oro, en especial
después de la guerra franco-prusiana, cuando Alemania pasó del patrón plata al oro.
Igualmente, esto coincidió con un incremento de la producción de plata en Nevada y
una merma en la producción de oro en California y Australia (Harrod, R., 1972, p. 33).
Con esto aumentó la demanda de oro monetario a la par que se elevó la oferta de la
plata para usos no monetarios, por lo cual el precio de la plata comenzó a descender
provocando dificultades en los patrones monetarios vinculados a ésta. Esto generó
desequilibrios en dichos sistemas y obligó a la Unión Monetaria Latina a aproximarse
a un monometalismo oro. (Foreman-Peck, J., 1995, pp. 206-210)
PROBLEMAS Y CONFLICTOS MONETARIOS
Además de los aspectos legales, durante la década de 1870, en la sociedad
venezolana se presentó una serie de problemas relacionados con la dinámica
monetaria, que en especial afectaban a las transacciones, perturbaban al comercio y
ponían en riesgo a los tenedores o demandantes de monedas. Así tenemos que en
dicha década se debatieron asuntos relativos a la introducción, circulación o
falsificación de monedas; a las dificultades para la aceptación de algunos tipos de
moneda sobre todo fraccionarias o fiduciarias como fue el caso de la de níquel;
igualmente la presencia de piezas deterioradas o desgastadas fue una preocupación
tanto por parte de las autoridades como de los comerciantes y del público; asimismo
en oportunidades surgían desacuerdos sobre el valor de alguna clase de moneda de
reciente introducción ante lo cual se ordenaba su análisis a fin determinar su valor.
Se comenzará presentando los casos relativos a las falsificaciones. En este sentido,
se han encontrado dos aspectos relacionados con estas: por un lado, están las
comunicaciones que, desde el extranjero, realizaban funcionarios de la cancillería con
el fin de alertar sobre la posibilidad de entrada de monedas falsas en el territorio
nacional. Recordemos que en el sistema monetario venezolano del siglo XIX
circulaban legalmente monedas extranjeras de distinta procedencia, aunque
relacionadas con nuestro país por cercanía geográfica o intensidad de las relaciones