Los espacios solitarios como tema en la fotografía venezolana. Dos ejemplos, dos visiones en las series "Espacios en olvido” de Luis Salmerón y “Por aquella desolada patria” de Vladimir Sersa

Abstract

El discurso fotográfico como actividad creadora del hombre, presenta una diversidad de temas, los cuales, pueden tener modificaciones en su concepción y elaboración conforme a los cambios propios que exige el paso del tiempo. En un primer momento el retrato y el paisaje acaparan la atención del fotógrafo o creador de imágenes y cada quien le da un toque personal conforme a su visión de vida. Dentro del tema paisajista nos interesamos en los espacios solitarios como tema de la fotografía y para ello nos planteamos objetivos a cumplir en el desarrollo de la presente investigación. El contenido de este proceso investigativo consta de tres capítulos. El primero aborda de una manera somera una especie de antecedentes del hecho fotográfico, resaltando en este caso, a aquellos fotógrafos que han hecho del espacio abierto o interior sin la presencia humana, su discurso visual, y le han imprimido su sello muy personal con lo cual han entrado en la historia de la fotografía mundial. Esto va desde el propio inicio de la fotografía hasta mediados de los años 30. El segundo capítulo corresponde a la fotografía en Venezuela, que arranca desde su inicio en 1841 hasta la década de los 80, época en la cual hay una nueva visión de la fotografía en el país, que tiene su punto de ebullición con la exposición denominada “El Riesgo”, presentada en 1984 en Los Espacios Cálidos del Ateneo de Caracas. También es importante esta década en cuanto al tema tratado, ya que el mismo fue objeto de reconocimiento por parte del CONAC, organismo del Estado que con el premio anual de fotografía “Luis Felipe Toro” reconoce la obra de fotógrafos que presentaron a concurso series fotográficas cuyo tema trataba los espacios solitarios. El tercer capítulo está dedicado al análisis de las series fotográficas “Espacios en olvido” y “Por aquella desolada tierra” de Luis Salmerón y Vladimir Sersa respectivamente, quienes exponen los mencionados trabajos en 1989. Salmerón lo hace en los espacios del CELARG (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos) y Vladimir Sersa en el Museo de Bellas Artes en el marco del reconocimiento a los ganadores del IX premio Luis Felipe Toro, en el cual obtuvo la tercera categoría. Las conclusiones al final de este trabajo nos permiten conocer el alcance de los objetivos planteados e inclusive asoman la posibilidad de ampliar a futuro el tema tratado, tomando en consideración lo realizado con posterioridad a la década del ochenta, que, aunque no es voluminoso, permite conocer el interés de algunos creadores de imágenes en seguir trabajando el espacio solitario desde dos visiones: la de la creación artística y la de toma de conciencia hacia aquellos espacios que están o tienden al abandono y a la soledad.